domingo, 8 de enero de 2012

Braña de los Tejos

Arrancando del lebaniego pueblo de San Pedro de Bedoya y remontando siempre por pista, es fácil llegar a la Braña de los Tejos. En una mañana clara como esta de invierno (2 de enero de 2012) el camino te deja magníficas vistas de los Picos de Europa, Liébana y la Cordillera Cantábrica. En la foto se ve desde el Coriscao hasta los confines más orientales de los Picos. Antes de llegar a la Braña habrá que pasar por dos collados, en el segundo de los cuales se abandona la pista.


Collados Taruey y Pasaneu. La foto está hecha desde el primero de ellos. Tiene dos refugios: uno de piedra en peor estado y otro - el que se ve en la foto- situado encima de una estabulación y que se encuentra en perfectas condiciones. Antes de construirse la carretera de la Hermida, esta debió de ser una de las rutas normales que conectaban Liébana con la marina. Situados a una altitud de entre los 1300 y los 1400 metros, se tarda una hora y 40 minutos en llegar al primero y unos 20 minutos más en coronar el segundo de dichos collados. Al llegar a él hay que desviarse a la izquierda para, en menos de un cuarto de hora, llegar a la Braña de los Tejos.


Desde los collados se puede contemplar perfectamente Peña Ventosa y detrás de ella, como telón de fondo, las cumbres del Macizo Oriental de los Picos de Europa. En la foto se observan los tres dosmiles más al Este de dicho macizo: El Sagrado Corazón, el Samelar y las Verdianas.


Primer plano de la accidentada arista que culmina en la cima de Peña Ventosa (1434 m). Llegando a la Braña de los Tejos estamos, más o menos, a su misma altura, por lo que se pueden sacar magníficas fotos de ella.


Entrada a la "Braña de los Tejos". Junto a los bellos ejemplares de esta cada vez más rara especie (está en franca regresión en todas partes) también tenían un aspecto particularmente llamativo los acebos, con una carga enorme de bayas rojas. La braña, entiendo que por razones de protección, se encuentra en la actualidad cercada, lo que le ha quitado parte del encanto mágico y salvaje que tenía antes. Prefiero no recordar lo que han hecho en otros sitios como el Tejal de Tosande...


Una ligera capa de hielo y escarcha conferían este aspecto a la braña, muy propio de las fechas navideñas en las que estábamos.

Un buitre planea por encima de nuestras cabezas. Al fondo se levanta Peña Prieta, centinela de roca y nieve que vigila los valles lebaniegos.