miércoles, 5 de agosto de 2015

Pico del Taillón (3144 m)


Col de Bujaruelo (2270 m). Se llega a él después de haber dejado los coches en el aparcamiento que está en el Col de Tentes, más arriba de la estación de esquí de Gavarnie. Desde el aparcamiento hay que recorrer un par de kilómetros por los restos de una antigua carretera para llegar hasta aquí. Desde este punto, un sendero en dirección este va bordeando la base del Gabieto Oriental y del Taillón durante tres cuartos de hora largos.




La ascensión empieza a ser dura realmente cuando nos acercamos a esta pequeña cascada que se forma con el agua que baja del glaciar del Taillón. La catarata se cruza sin grandes problemas para continuar con la subida haciendo pequeñas zetas hacia el Col des Sarradets.




Poco después de superar la cascada ya tenemos esta magnífica vista del Taillón, con su característico Dedo a la izquierda y su pequeño glaciar.




Desde el Col de Sarradets (1:45´desde el aparcamiento) descubrimos el refugio del mismo nombre. Situado a 2587 metros de altitud es un mirador privilegiado de las principales cumbres del Circo de Gavarnie; en la foto la Torre (3009 m) y el Casco (3006 m).




Y según damos la vuelta para dirigirnos hacia el refugio de Sarradets, se aprecia ya a la perfección toda la arquitectura del Circo, de izquierda a derecha: Pequeño Astazu (3012 metros), Marboré (3248) el pico redondeado y más dominante, los tres picos de la Cascada (3161 m, 3106 y 3095) y la Espalda del Marboré (3073). Las nieves perpetuas que se forman debajo de los Picos de la Cascada y de la Espalda alimentan a la famosa catarata de Gavarnie, la más alta de Europa (423 metros de caída) y cuyo comienzo se ve en la foto. A la derecha la Torre y la cresta oriental del Casco.




Y desde el refugio tenemos otra de las estampas típicas del Pirineo, la Brecha de Roland. Situada a 2807 metros, la famosísima abertura que separó el mítico Roland a golpe de espada, es el paso que comunica con el lado español de Pirineos. Subiremos primero por la morrena que se ve en la foto, se salvará una grada, para después pisar un nevero permanente y trepar los últimos metros hasta cruzar esta puerta natural. "Al otro lado" nos asomamos a Ordesa.




Del nevero permanente este verano ya queda muy poco... Los glaciares pirenaicos parecen tener los días contados.




Desde la Brecha giramos a la derecha (oeste) para seguir un marcado sendero que camina pegado a la pared extraplomada de la muralla de piedra llamada Bazillac. 




El sendero lleva al final de la muralla, hasta una pequeña horcada conocida como Falsa Brecha (2909 m) y custodiada por el Dedo. Es la curiosa formación rocosa de la foto que hay que bordear a través de un estrecho paso por el lado francés (norte) y que da acceso a la cresta final de esta ascensión.




Esta es la cresta última de la subida: un lomo de roca descompuesta sobre el que está marcado el sendero que nos pondrá en la cima.




Y la inevitable foto de cumbre. Son las 11:30´ del 3 de agosto de 2015, y las vistas desde los 3144 metros de la cima del Taillón son impresionantes; no hay adjetivos. Las cuatro horas de ascensión han valido la pena.




Ya bajando no podemos por menos que volver a fotografiar la Brecha desde el lado español.





Volviendo hacia el coche admiramos un magnífico ejemplo de valle en forma de U, testigo mudo de la acción erosiva de los glaciares cuaternarios desaparecidos hace miles de de años.




Y nos paramos a fotografiar por última vez la cara norte de nuestra cumbre del Taillón, su pequeño vecino, el Gabieto Oriental, y en medio de ambos lo que queda del glaciar del Gabieto cuyas aguas de deshielo terminarán en Gavarnie.






lunes, 8 de junio de 2015

Pozos del Ves


Domingo 31 de mayo. Subimos desde Cucayo a "descubrir" los Pozos del Ves. Así de verdes estaban los hayedos de la Vega de Liébana.




Y así estaba, después de unas tres horas de marcha, la tradicional vista de la cara norte del Curavacas. 




Dejamos Riofrío y bajamos hacia Pineda, dando vistas a Cumbres como la del Lezna (derecha de la foto) y valles en forma de U que demuestran que, quizás hace miles de años, estos lugares estuvieron ocupados por glaciares.




Camino ya del río Carrión, la primavera en la Cordillera Cantábrica nos sigue sorprendiendo por su belleza.




La clave de la excursión está en abandonar la ruta tradicional hacia el Pozón del Curavacas a la altura del chozo en el que el camino gira de forma evidente hacia el norte. En su lugar, hay que desplazarse un poco más en dirección oeste, hasta tomar como referencia el pequeño arroyo que baja directamente del cordal en cuya base están los pozos que buscamos. Teniendo como referencia a nuestra derecha el arroyo, iremos ganando altura...




... y en una hora aproximadamente llegamos a la primera laguna del Ves.




La primera laguna del Ves, de poca profundidad, está situada a unos 2030 metros de altitud. Se puede bordear por cualquier lado y dirigiéndonos al fondo de la misma, en apenas diez minutos, salvamos los cincuenta metros de desnivel que la separan de la segunda.




Después de casi cinco horas de marcha descubrimos, al fin, el pozo superior del Ves. Así lo vimos por primera vez.  




Está situado a unos 2080 metros de altitud, de aguas mucho más profundas que la primera laguna y parte de él helado. 




Al fondo el pico de la Hoya Continua (2394 metros). Los desplomes tan verticales de este pico en los que se encajona esta típica laguna glaciar, la altitud del pozo y su orientación norte, explican la persistencia del hielo hasta bien entrada la estación.



lunes, 9 de febrero de 2015

El Ibio después de la tormenta de Nieve

Después de la tormenta de frío y nieve que ha asolado el Cantábrico esta primera semana de febrero, decidimos subir al Ibio desde el Alto de San Cipriano. En la foto la ermita en torno a la cual se celebra en septiembre una de las romerías más famosas de Cantabria. Son las primeras luces del domingo 8 de febrero.

Desde casi las primeras rampas nos encontramos con un inmenso pinar de repoblación. No es lo mejor de este monte, pero con nieve puede "pasar" por un paisaje pirenaico, como en la siguiente foto.

A medio camino, en torno a los 500 ó 600 metros de altitud, ya se podía apreciar la copiosidad de la nevada que había caído durante buena parte de la semana.

Por un momento el cielo parecía despejarse y la nieve adquiría estos bonitos tonos plateados. Durará poco tiempo...

Pronto se meterá la nube del todo y nos estropeará las estupendas vistas que tiene la cima del Ibio. Aquí ya estamos llegando a las últimas lazadas de la pista que nos pondrán en el cordal de la montaña.

Falta poco para llegar a las antenas, la cima de la montaña. En las últimas rampas se aprecia un grupo de quads que habían estado dando la lata todo el rato, y que la nieve medio helada, junto con la pendiente final, les impidieron - por suerte para nosotros - hacer cumbre.

Metros finales hasta la cumbre. El Ibio, con sus 800 metros de altitud, es una montaña modesta; pero su cercanía a Torrelavega, su fácil ascenso desde el Alto de San Cipriano a través de una pista y, sobre todo, su privilegiada situación con vistas  tanto al interior como a la costa de Cantabria, le convierten en un mirador muy apetecible para hacer pequeñas excursiones de media mañana. Con nieve se tarda una hora y media en completar la subida; en un día climatológicamente normal se puede subir, hacer unas fotos y bajar en menos de dos horas.

Por desgracia las nubes no nos permitieron disfrutar mucho del paisaje... las antenas y poco más. En cualquier caso, mereció la pena subir a una montaña que tardaremos en ver con tantísima nieve. Valga esta reseña del blog como recuerdo de la gran nevada del año 2015.