domingo, 8 de septiembre de 2013

Subida al San Carlos (2392 m)

Comienzo de la ruta normal que sube hasta el Pico San Carlos. Después de haber subido en el teleférico se anda un cuarto de hora y, poco antes del primer lago de Lloroza, abandonamos la pista y nos dirigimos en dirección Oeste por un sendero, hasta adentrarnos en la canal de San Luis. En la foto nos estamos adentrando en la canal. La torre que se observa en primer plano es la de Altáiz (2335 m) y no deja ver el San Carlos que está justo detrás.



Llegando al final de la canal de San Luis fotografiamos los 2392 metros del San Carlos. Su aspecto es algo inaccesible. No es para tanto. Siguiendo los hitos se bordeará por la derecha el Hoyo Oscuro donde ha desembocado la canal y nos dirigiremos hacia la Collada Verde que separa el San Carlos y la siguiente cumbre, la Torre del Hoyo Oscuro.



No hace falta llegar a la Collada Verde, los hitos nos irán llevando hacia la derecha hasta la cumbre. El camino a ratos se hace pindio y escabroso y, aunque en bastantes ocasiones hay que echar las manos para progresar, no tiene una dificultad grande ni pasos expuestos o técnicamente exigentes. En la foto se ve al fondo la Colladina de las Nieves y la Padierna.



Vistas desde la cumbre. Magnífica mañana, con algo de viento del Este limpiando la atmósfera y que nos permitió sacar esta panorámica mirando hacia el Sur, con las cumbres de la Cordillera Cantábrica recortándose en color azul.



Vistas desde la cumbre. Panorámica N-NE de izquierda a derecha: el Tesorero, los Urrieles, Horcados Rojos, los Picos Santa Ana, la subida de la Canalona y, dominando las alturas, los 2613 metros de Peña Vieja.



Vistas desde la cumbre. Panorámica SO-O de izquierda a derecha: la Torre de Salinas y la Torre del Hoyo de Liordes que cierran la vega del mismo nombre y que no se llegaba a ver. A la derecha la Torre del Friero.



Después de subir al San Carlos bajamos hasta la Collada Verde, la traspasamos para situarnos en la vertiente Norte y fuimos bordeando los desplomes que caen de la Torre del Hoyo Oscuro. El camino es un sendero a ratos poco marcado, el objetivo era llegar a los Tiros de Casares. Se trata de una estrecha horcada (parte superior derecha de la foto) situada a 2374 metros y que separa la Torre del Hoyo Oscuro y el Madejuno. Algunos compañeros subieron a la Torre, y otros nos conformamos con observar la interesante arista oriental de este último pico. Allí comimos y después hubo que desandar parte del camino.



El camino de vuelta llegando casi a la altura de la Collada Verde (derecha de la foto). Aquí hubo que tirarse por los canchales de piedra hasta alcanzar los senderos que se insinúan abajo a la izquierda y que van bordeando el Hoyo sin Tierra.



Sendero entre los canchales que nos permitirá llegar hasta el Collado de Fuente Escondida, coger allí la pista de la Vueltona y completar un interesante circuito hasta la estación superior del teleférico. En sombra las verticales caras Norte de la Torre del Hoyo Oscuro (2431 m) y del Madejuno (2513 m).



Final de la pista que viene desde la Vueltona. Sentimos cierto descanso al llegar a ella después de trepar, destrepar y andar por zonas de piedra suelta durante todo el día.






viernes, 9 de agosto de 2013

Ascensión al Vignemale


Partiendo del lago de Gaube, al que hemos subido en un telesilla desde el Pont d´Espagne, en apenas hora y media de cómoda ascensión por el GR 10, nos encontramos con una de las más impactantes imágenes del Pirineo francés: la cara norte del macizo del Vignemale.




Siguiendo por este sendero media hora más llegamos hasta el refugio de Oulettes de Gaube (se ve a la izquierda) donde pasaremos la noche a 2151 metros de altitud. Son imágenes de sobra conocidas por todos, ya que estas cumbres son típicas de buena parte de la propaganda turística de los Pirineos. La foto abarca de izquierda a derecha varios tresmiles (Petit Vignemale, Punta de Chausenque, Pitón Carré, Gran Vignemale y Clot de la Hount) y los glaciares del Petit Vignemale y des Oulettes.



Las primeras luces de la mañana del 6 de agosto de 2013 tiñen de rosa las verticales paredes del Vignemale.



Aproximadamente  a  2700 metros,  ya cerca de la Hourquette d´Ossue, hubo que atravesar cuatro neveros, residuos de un invierno y primavera especialmente nivosos. La luz de la mañana ilumina a la perfección uno de los espolones clásicos de escalada, la Aguille des Glaciers (en el centro de la foto a la derecha del glaciar del Petit Vignemale). A la derecha del todo se aprecia otra vía clásica de escalada, el famoso Couloir de Gaube.



En el centro de la foto se recorta el Pic des Oulettes (2780 m) y a su derecha las agujas del Chabarrou. En medio de ambos se encuentra un paso natural entra la parte española y francesa, el Puerto de los Mulos, situado a 2591 metros de altitud. Si nos fijamos, podemos intuir el sendero que sube desde Oulettes de Gaube hasta dicho collado. Llama la atención la pirámide perfecta que se contempla al fondo, es la Gran Facha. Sus 3005 metros suponen una de las primeras cumbres que superan la mítica barrera de los 3000 viniendo desde el Oeste.



A 2734 metros se encuentra la Hourquette d´Ossue desde donde está hecha esta foto. Es una estrecha horcada que comunica el valle de Gaube desde donde  venimos  con el valle d´Ossue que viene desde Gavarnie. Lugar obligado de descanso y desde donde planificar la ascensión del Petit Vignemale. Para conquistar los 3032 metros de la cumbre (la cima blanquecina y redondeada del primer plano) habrá que seguir primeramente parte de la cresta, restos de sendero nos llevarán luego en diagonal hacia hacia la zona de roca descompuesta (marrón de la foto) desde donde seguiremos la arista ENE final.





Al otro lado de la Hourquette d´Ossue se levanta el refugio de Bayssellance que vemos aquí. Desde la Hourquette se tarda apenas un cuarto de hora en llegar y se pasa al lado de él si se quiere subir al Gran Vignemale. Es el refugio pirenaico guardado que se encuentra a mayor altitud (2651 m).



Desde la cima (3032 m) la niebla no dejaba ver el glaciar d´Ossue, si en cambio se podía ver el valle del mismo nombre con la barrage (embalse que aprovecha una laguna preexistente) que se contempla en el centro de la foto.



También se podía observar todo el valle de Gaube con su precioso lago al fondo, el refugio y buena parte de la subida desde él hasta la Hourquette d´Ossue.



Ya de regreso al refugio contemplando la cima del Gran Vignemale (3298 m), el Couloir de Gaube y el glaciar des Oulettes.



De vuelta al coche, en la mañana del 7 de agosto, tuvimos la suerte de poder deleitarnos con el lago de Gaube sin turistas. La hora temprana de la mañana, las tormentas que hubo la noche anterior y la niebla que subía del Pont d´Espagne, nos permitieron estar completamente solos en las orillas de este idílico lago siempre abarrotado de gente.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Otra vez el Pozón del Curavacas



Es la tercera vez que  traemos al Pozón del Curavacas al blog, pero la belleza de los colores y la presencia de una gran cantidad de nieve en plena primavera, daban una belleza tal al paisaje que no hemos podido resistir la tentación de colgar algunas fotos. Esta está tomada desde el collado que separa la vertiente cántabra de la palentina que conduce a los puertos de Pineda. Estamos a unos 1750 metros de altura y los últimos jirones de una niebla persistente en el lado lebaniego, se agarran a las cimas de cumbres que rodean Peña Prieta.

La foto está tomada desde el collado al que nos referíamos antes y que llaman Choza de Vega la Canal. El Pico Curavacas, con su cara norte llena de nieve, se refleja en una de las innumerables charcas, fruto del deshielo y de las intensas lluvias caídas en lo que va de primavera. Al llegar a este collado dejaremos la pista que viene de Cucayo para dirigirnos en dirección Sur hacia Pineda.

Así de bonita lucía la primavera cerca del Pozón.

Situado a casi 1800 metros de altura, el Pozón es una importante laguna que atestigua el pasado glaciar de estos lugares.

Las nieves del pico Curavacas se reflejan en las aguas del pozo. La cima principal es la de la izquierda; sus 2.520 metros representan la segunda altura máxima de la Cordillera Cantábrica.

La vuelta, por la tarde, dejaba esta magnífica vista de los Puertos de Riofrío en el lado cántabro.

Primer plano de Peña Prieta (2.536 m) punto culminante de la Cordillera. Su cima principal se encuentra por completo en territorio de Cantabria. Las nubes estuvieron casi siempre enganchas en ella durante toda la jornada.

martes, 8 de enero de 2013

El Cuchillón por la Cuenca del Sapo


El 4 de enero, con poca nieve pero algo dura, subimos al Cuchillón por la Cuenca del Sapo. En la foto vemos una pequeña majada con cabaña llamada el Hoyo Sacro. Se accede desde el aparcamiento de la Calgosa (Brañavieja) siguiendo una ruta balizada que corta en dirección Sur las pistas de esquí que bajan del Cuchillón. Aquí giraremos hacia el Oeste. Nosotros en lugar de ir por el fondo de la canal que se se ve en sombra, enganchamos por la loma lateral izquierda.


Este es el fondo de la Cuenca del Sapo. El Cuchillón es el pico de la derecha. Para llegar a él continuamos hasta el final de esta pequeña cuenca, para luego hacer una zeta (derecha, izquierda) hasta ganar el cordal que viene de Valdecebollas, justo en el punto más bajo (collado) en la izquierda de la foto.


Llegando por fin al collado desde el que contemplaremos las cumbres de la Cordillera Cantábrica.

Bonita panorámica de la Cordillera, desde el Curavacas a la izquierda hasta Peña Prieta en el otro extremo de la foto.


Sólo queda la cresta final. El primer resalte rocoso se pasará por la izquierda y luego se sube hasta la cumbre por un evidente y fácil canalizo, aunque lo suficientemente empinado como para tener que clavar un poco el piolet en la nieve.

La pendiente empieza a ser algo penosa... los años también van pesando.


La perra es la primera en subir (no necesitaba crampones). Así era el canalizo visto desde abajo.


Y así se veía desde arriba.


Foto de cumbre: el Cuchillón con sus 2.222 metros. Desde la Calgosa, con paradas para fotos y un descanso para reponer energías, nos llevó cerca de tres horas (cada vez más lejos de nuestra mejor forma...). Como la estación estaba cerrada y no había esquiadores, completamos el circuito bajando directo hacia las pistas de esquí. El descenso, con poca nieve y ya semidura, se hizo rápido, en menos de hora y media.