Es 1 de julio de 2010. Después de un invierno en el que prácticamente no hemos hecho nada, nos liamos la manta a la cabeza para subir, desde el lebaniego pueblo de Cucayo, hasta la laguna de Fuentes Carrionas. Situada a casi 2200 metros de altura, su aproximación se hace larguísima (nos llevó cinco horas de caminata llegar a ella) y el desnivel acumulado de ascensión supera los 1300 metros; pero el esfuerzo tuvo una enorme recompensa.En la foto nos encontramos subiendo hacia Riofrío, en lo que llaman el Prao del Toro. Desde allí ya se divisa la cumbre de Peña Prieta (2537 metros).
Nada más llegar al alto de Riofrío, desde el que se contemplan los verdes puertos que llevan este nombre, giramos hacia la izquierda (Sur) para dirigirnos a los inmensos pastizales de Pineda.
Un pequeño alto en el camino para contemplar de cerca la espectacular cara norte del Curavacas (2520 metros).
Majada de Fuentes Carrionas. Paisaje bucólico: verdes prados para descansar y aguas cristalinas para llenar las cantimploras. Será la última parada antes de salvar los trescientos y más empinados metros finales hasta las lagunas. Al fondo se adivina un pequeño sendero que de manera intermitente facilitará a ratos la ascensión. El pico que domina la majada es el Tío Celestino (2396 m.)
En plena subida teniendo justo detrás los espolones que caen del Alto del Calderón y, como constante telón de fondo, el pico Curavacas.
¡La alegría de llegar a este enclave espectacular! No era para menos: han sido cinco horas de ascensión.
Panorámica de la laguna mayor, en parte todavía helada y siempre custodiada por los altos del Consejo (2421 m.) y Tres Provincias (2499 m.) Desde la cresta oriental de este último se empalma con Peña Prieta, techo de la Cordillera Cantábrica.